viernes, 9 de noviembre de 2007

Bailando con delfines


Con cargo de conciencia por la falta de movimiento del blog, confieso que yo sí me he movido y me seguiré moviendo este mes de noviembre. Ahora estoy en Cancún (México), donde se celebra el I Festival Internacional de Cine de Cancún-Riviera Maya, iniciativa de un español instalado por estos lares desde hace unos años llamado Pedro Valiente, que hace honor a su apellido atreviéndose a sacar de la nada un certamen cinematográfico. Intentos de realizar un festival en el balneario más famoso de México los hubo y los hay, porque a Pedro le ha salido una oportunista competencia que no ha dudado hasta en usar un nombre que él patentó y en -para más deslealtad- ubicarse en sus mismas fechas. De manera que tuvo que adelantar su festival para no coincidir.

El Festival está remontando el vuelo en medio de una notable precariedad de medios organizativos, sobre todo de personal y coordinación, lo cual redunda en ciertas incomodidades para los invitados. Los buenos oficios de Valiente, un hombre carismático que ha convencido a políticos y cineastas para que apuesten por su iniciativa, no han sido suficientes para obtener "cash", aunque sí hoteles y servicios. De hecho, estamos muy bien tratados, en buenos hoteles y régimen "todo incluido". El problema es que los intercambios no cubren más que una parte de los gastos lógicos que tiene un certamen, y eso quiere decir que el transporte interno es un problema, no hay catálogo y la información no circula con suficiente fluidez. Pero las películas se proyectan, y además con bastante público.

Imagino que Pedro es tan consciente como yo de estos problemas y que su apuesta es salir de ésta lo mejor posible para el año próximo buscar otros sponsors institucionales o privados que le suelten pesos además de ayudas en especie. También habrá que ver qué es del "otro" festival de Cancún, que comienza el día 14 creo, y que ha prometido ser más "glamouroso". La simple circunstancia de dos eventos casi simultáneos ha frenado muchas posibles ayudas o las ha dividido por la mitad.

Siempre he sentido simpatía por los francotiradores, porque yo soy otro de ellos, así que espero y deseo que el Festival de Cancún-Riviera Maya salga adelante, crezca y mejore. En lo que yo pueda ayudar lo haré, por solidaridad con la iniciativa y agradecimiento por contar con NOTICINE y servidor ya desde esta primera edición.

Es mi primer viaje a Cancún. Sospecho que la ventaja de esta zona turística caribeña radica frente a otras es la existencia de ruinas mayas y enclaves naturales de gran belleza. Algunos hoteles (muchos gringos...) ofrecen más y mejores servicios que en otros enclaves de la región a un precio ligeramente superior, pero al menos en lo que respecta al mío, las playas y piscinas no están a la altura del resto de los servicios. Probablemente otros establecimientos del ramo no muy lejanos le superen en esto, pero desde el punto de vista del paisaje echo de menos los de la República Dominicana, sobre todo.

Hasta el momento el mejor recuerdo "de postal" que llevo de aquí la tienen al lado... una piscina con delfines que hay en el hotel y en la que nos ofrecieron un baño y unos juegos con estos mamiferos marinos, de los que nunca había estado tan cerca. La empresa Delphinus tiene varias instalaciones en la Riviera Maya, y en ella los turistas pagan por tener la oportunidad de tocar, bailar e interactuar con esta especie de perros acuaticos muy bien entrenados. Esta firma mexicana se lo ha montado realmente bien, ya que preserva a los delfines y brinda mucho más que el simple espectáculo de verlos dar saldos desde fuera de la piscina. Aquí saltan sobre tu cabeza o te empujan con sus morros en los pies para que "vueles" por la superficie del agua. La experiencia te da ganas de tener un par de ellos en tu piscina, pero me temo que al menos en esta vida los dioses no me harán acreedor de semejantes bendiciones.

Las circunstancias me obligan ahora a volver a España para sólo dos días después tomar otros aviones y regresar al Caribe... a Isla Margarita (Venezuela), donde me espera un nuevo festival del 15 al 22. A su término me acercaré a mi querida Cartagena antes de recalar nuevamente en la "Madre Patria". Y que conste... aunque piensen que esto es pura vacación... que aquí o allá trabajo muchas horas al día...
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