lunes, 5 de mayo de 2008

Nostalgia del meteórico blanco y negro

Estética, técnica y sobre todo cromáticamente apabullante, pero dramáticamente infantil, es la nueva película de los hermanos Wachowski, "Speed racer", que verá la luz de los proyectores comerciales este próximo fin de semana en medio mundo.

Había leído que la cinta tenía algo que ver con una serie de dibujos animados que solía contemplar de niño (hablo de los lejanos años 60, a finales de la década), "Meteoro" y de la que recuerdo los escalofríos que me entraban cuando un enemigo del protagonista decía con voz de ultratumba "Melange todavía vive". También -estos pasados días- me leí las críticas de Variety y Hollywood Reporter, que coinciden en mucho con mi apreciativo párrafo inicial. Mucho ruido para una nuez hueca.

De entrada me sorprenden muchas cosas. Primero el por qué a estas alturas de la película del siglo XXI Hollywood se interesa por un personaje del que creo que casi todo el mundo se ha olvidado. Al menos por estos lares europeos. Quiero decir que nada que ver con otros personajes tipo Bugs Bunny, los Picapiedra o los superhéroes de la Marvel que queramos o no han sobrevivido con reediciones o nuevas aventuras hasta el presente. Tampoco entiendo qué pintan en este circo los Wachowski, salvo que tras "Matrix" hayan quedado a cero de ideas y se hayan metido en este berenjenal para jugar y volver a llenar sus arcas monetarias.

Y es que sin que me parezcan obras maestras, las pelis de Neo y compañía, tenían infinitas pretensiones y no desdeñables resultados comparadas con este cuentecito infantil, que ni siquiera puede decirse que vaya dirigido a adolescentes, sino claramente a niños, tal vez enganchados de los videojuegos de coches, pero niños al fin y al cabo.

Porque el guión, que ha pasado por tropecientas manos, incluidas las de los propios Wachowski, es de una falta de originalidad supina. Se resume en un muchacho que desde niño ha vivido por motivos familiares una adicción por la velocidad y las carreras de coches, a las que se dedican su padre y hermano, y ya de mayor, tras la oferta de un magnate que parece vestido por Agatha Ruiz de la Prada para fichar por su escudería, corre para desenmascarar sus corruptos manejos. No hace falta que les diga como acaba la fiesta.

Yo no iba engañado. Ya digo que había leído los comentarios de los colegas yanquis, pero pensaba que me enfrentaría, como tantas otras veces, al típico producto "made in USA" lujosamente empaquetado de efectos especiales, CGI... en fín, el típico espectáculo. Pero no, "Speed racer" es visualmente agresiva. Me pasé las más de dos desesperantes horas rogando que el proyector se jodiera y tanteando las butacas colindantes en una búsqueda refleja del mando a distancia, para bajarle el color, saturado no, saturadísimo durante todo el metraje. Cómo echaba de menos aquella tele en blanco y negro donde veía "Meteoro" sin estas estridencias cromáticas.

Se supone que han querido darle un "look" de videojuego en las antípodas no sólo del realismo, sino incluso de las leyes de la gravedad, lo cual contribuye aún más a no creerte nada. Y eso, apenas a los 10 minutos, cuando aún quedaban dos horas para el "The end".

Finalmente, sigo sorprendido de la capacidad de selección que tienen actores que personalmente admiro, como Susan Sarandon, John Goodman y Christina Ricci, quienes no creo necesiten este tipo de trabajos "alimenticios" por muy bien pagados que estén.

Me niego a aceptar que los comics o los dibujos animados, por simples que sean, deben ser reinventados en encefalograma plano. Hay más que estimables o al menos entretenidas adaptaciones, como la muy reciente "Iron man", donde claro que hay buena parte de lo que aquí encontramos, pero la pirotecnia arropa verdaderas historias, no boberías de jardín de infancia. Un auténtico peñazo del que hay que huir, a la velocidad de un meteoro...

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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