viernes, 8 de agosto de 2008

Humo, alcohol y ambiciones

Acabo de terminar la primera temporada de la serie televisiva "Mad men", creada por Matthew Weiner. He de reconocer que llevo unos meses sumido en la adicción a las series... a las buenas, quiero decir. Sin embargo, asumo que el grado de "enganche" que pueden crear no debe diferir del que sufren las amas de casa o las jovencitas que no se pierden un capítulo de los culebrones latinoamericanos. No sé muy bien como empezó... Quizás fuese por culpa de "A dos metros bajo tierra". La familia Fisher se convirtió durante cinco temporadas en gente tan próxima como mi propia familia. Cada uno de sus miembros tenía algo entrañable para mí. Me reconocía en sus miserias, alegrías, errores y triunfos. La gran virtud de las buenas series, y ahí creo que nadie mejor que la última hornada de guionistas y productores norteamericanos desde principios de este siglo, es que son tremendamente creíbles por su humanidad y realismo.

Lo mismo le pasa a "Mad men", un retrato de personajes en una época de trascendental cambio de costumbres, los años 60. Creo que se pasan un poco con los cigarrillos (todos fuman, incluso las embarazadas...) y algo con el alcohol (chupan whisky como secantes), pero la reconstrucción de la época es brillante, así como su "casting". Sin embargo, lo mejor son sus guiones, en los que se refleja la mediocridad, la grandeza, la villanía, la ambición, la debilidad, el miedo, las contradicciones... todo eso que somos como personas y que no ha cambiado en 40 años... o quizás en 40 siglos.

Si nos fijamos en las grandes películas de Hollywood -y hoy la televisión de ficción después de décadas de ser puro entretenimiento vacuo se ha convertido en heredera de su mejor época- basan su éxito en su universalidad. Nada más universal que el ser humano. Por encima de nacionalidad, religiones y costumbres somos iguales, nuestras pulsiones son intercambiables. Estamos hechos del mismo barro, a ratos hediondo, a ratos brillante. Y de ese tintero sacan sus líneas los guionistas de "Mad men".

Hoy leo que los "creadores" de la serie (?), que emite en USA la cadena AMC y en España Canal Plus y pronto Cuatro, adaptarán en formato de serie la cinta de Coppola "La conversación", y mantendrán la época (mediados de los 70) de la trama original. Espero ansiosamente el resultado, aunque por ahora aguarde mucho antes la segunda temporada de "Mad men", que acaba de empezar al otro lado del charco.

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