domingo, 7 de septiembre de 2008

San Ernesto Guevara

Este fin de semana fui a ver "Che: El argentino", a sala llena (no era muy grande), lo cual fue toda una satisfacción. El estreno de la primera entrega del díptico de Steven Soderbergh sobre Ernesto Guevara, primero comercial tras el lanzamiento mundial en Cannes, ha hecho bastante ruido en España, país que en buena medida ha financiado la doble "biopic". Lo pasé bien, aunque no sea una obra maestra y se eche de menos una mayor distanciación crítica hacia el personaje histórico retratado.

Y es que "Che", al menos en su primer capítulo, es una hagiografía en toda regla, un canto a la personalidad heroica del revolucionario sin patria, con un alto sentido del deber, humanista, justo y justiciero... y hasta guapo. Me recordaba a aquellas películas de vidas de santos que veía en los bajos de la catedral donostiarra del Buen Pastor, complementarias a la catequesis. Al Che de Soderbergh sólo le falta hacer milagros... suponiendo que la toma de Santa Clara no lo fuera.

Guevara es un personaje histórico muy interesante y es difícil no simpatizar con su lucha, pero hubiera agradecido algún detalle "negativo" o al menos dudoso, oscuro, ambiguo... Sin embargo, el único vicio del Che Benicio son los benditos habanos... A su lado tiene a la amantísima Catalina Sandino, que bien merece unos cuernos, pero el comandante sólo piensa en la familia de dejó en México y no muestra debilidades humanas, alguna tos aparte.

Me encantó Demián Bichir, que ha trabajado con virtuosismo la recreación de Fidel, borrando su propio acento mexicano para adquirir el tono monacal del comandante supremo. Puede que fisicamente no se parezcan tanto, pero con esa voz te lo crees desde el primer minuto.

Quizás esta muestra de cine bíblico-revolucionario se salga un poco de la vía apologética con el personaje de Camilo, en el que se atisba simpatía y humor, o sea humanidad, frente al resto de los apóstoles. Ha sido el venezolano-chileno Santiago Cabrera el encargado de dar vida a Cienfuegos. El casting, una especie de "Iberoamerican All Stars", es de lo mejorcito de la película, aunque en algunos casos patine el acento. Sobre todo en el brasileiro Rodrigo Santoro (Raúl Castro) o la española Elvira Mínguez (Celia Sánchez), pero también se echa de menos un soniquete más argentino en Del Toro-Guevara, que -aparte de decir "Che" profusamente- suena siempre a caribeño.

Pero bueno, la película se disfruta, sobre todo si como yo dejaste parte del corazón enterrado en Cuba, y además, nadie es perfecto... salvo el Che...

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