domingo, 5 de octubre de 2008

Constatación de la chapuza congresual

Ahora creo que ya podemos hablar, una vez terminado el famoso Congreso de Cultura Iberoamericano, coorganizado por España y México en este último país y dedicado al cine, sobre sus resultados, por encima de las primeras impresiones ya comentadas aquí mismo. Me temo que lo que hace unos días se veía venir es ya una evidente realidad.

No se muy bien cuáles eran las pretensiones de este evento. Quizás no las hubiera aparte de celebrarlo. En cualquier caso si lo que buscaban es algún resultado práctico, dudo muchísimo que lo logren, ni siquiera a medio plazo. Las conclusiones oficiales son una recopilación de las evidencias que todos ya teníamos antes. Resulta divertido que sean precisamente las "autoridades cinematográficas de Iberoamerica" quienes han elaborado este documento que dicta cómo deberían ser las cosas... justamente ellos que son quienes estaban y están en medida de hacerlas realidad, cosa que obviamente no han hecho, o al menos no han terminado de hacer, ya que ahora lo reivindican como pendiente.

Asumo que arreglar los problemas del cine iberoamericano no es algo sencillo, ni depende sinceramente de un congreso, dos o tres... Si los gobiernos de nuestra región no son capaces de ponerse de acuerdo sobre cuestiones más vitales que el cine, no vamos a pretender este otro milagro.

Lo que sí podemos y debemos achacar a los organizadores del Congreso de Cultura Iberoamericana es el haber es primero su "amateurismo" e improvisación, y el haber perdido una oportunidad de oro para lo que sí se podía haber hecho: promocionar el cine iberoamericano, que se hablara de él fuera de las páginas de determinadas publicaciones industriales o en la esquina inferior de las páginas de cultura.

Respecto de lo primero: Se anunció mucho y ocurrió poco. Iban a acudir muchas personalidades y quedó en reunión de amiguetes. Ni Bardem ni Amenábar, que estaban en lista, aparecieron, por sólo dar dos nombres. Podría este evento haber dado la imagen de unos profesionales de los diferentes paises unidos en favor de una idea compartida: crear un mercado común para nuestro cine. Junto a Banderas, que sí fue, hubiera sido bueno ver a Salma Hayek, a Darín, a Perugorría, a Talancón, a Luppi, a Sandino, a Eddie Olmos... y no sigo porque creo que saben por dónde quiero ir. Si al menos parte de los más populares talentos, y no hablo sólo de actores, hubieran acudido al DF todas las televisiones y las portadas habrían hablado y mostrado esa "quimera" (como hace pocos días dijo Darín) llamada cine iberoamericano.

Aún hoy si se visita la página oficial del Congreso, faltan los panelistas participantes en esos ambiciosos seminarios que se anunciaron completísimos y quedaron en reuniones (no sabemos de quien...) muy limitadas. Por ejemplo, podría referirme al que a mí particularmente más me interesaba: "Periodismo cultural y crítica cinematográfica". Supuestamente iba a hablar de "la cobertura en los medios del cine, cómo mejorar la calidad informativa en la cobertura sobre cine iberoamericano, la crítica cinematográfica en Iberoamérica, las transformaciones del periodismo cultural y la crítica de cine en los medios digitales, los blogs y nuevas formas de crítica, y nuevas visiones de la ética periodística para los problemas del mundo en internet" (esto es un resumen, quien quiera consultar los planteamientos previos íntegros puede leerlos aquí). Pero, siempre si nos fiamos de lo publicado en la web oficial, todo esto quedó en dos sesiones una titulada "El futuro de la crítica" y otra "Cobertura informativa del cine como industria y espectáculo".

Agradecería si alguien me dice quienes fueron los reconocidos panelistas iberoamericanos participantes, porque ni los boletines informativos oficiales ni la web del congreso consideraron interesante decirlo.

En fin, que este Congreso como nos temíamos días atras no ha servido de casi nada. Otra oportunidad perdida...

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