miércoles, 17 de octubre de 2007

Hasta pronto, Santo Domingo

Ya estoy de regreso a España después de las cálidas, en todos los aspectos, jornadas vividas en República Dominicana como jurado de la Muestra de Cine. Aproveché el viaje para dictar un seminario sobre Promoción de Cine que tuvo una muy buena acogida por estudiantes de cine, informadores y otros profesionales audiovisuales. Al igual que el año pasado ocurrió en Colombia y Venezuela, pienso que los alumnos descubrieron técnicas para asegurar una mejor difusión de las obras cinematográficas a través de la prensa, con un coste infinitamente menor que el campañas de publicidad pagadas, y con frecuencia mayor efectividad.

Algunos alumnos me comentaron cómo el seminario podría haber interesado a más personas que por el poco tiempo del que dispuso la Cinemateca Dominicana para organizarlo no recibieron la información. Sin embargo, quizás pronto tendrán una nueva oportunidad, ya que Omar Narpier, el fundador y responsable del departamento de Cine en la Universidad Dominicana me ha invitado a preparar un taller más amplio para el año que viene, y tal vez complementarlo con otra especialización en Periodismo Cinematográfico, de acuerdo con la facultad de Comunicación o el Colegio de Periodistas.

Pero, el motivo primordial de este viaje a Santo Domingo fue formar parte de un jurado que compartí con cuatro personas encantadoras. A veces trascienden peloteras entre los encargados de premiar en famosos festivales, pero mi experiencia personal, por ahora en cinco ocasiones (España, Cuba, Colombia, México y República Dominicana) no ha podido ser más afortunada. Me ha permitido estar cerca de gente interesante con la que en varios casos he conservado amistades. En este último caso, además, fuimos cómplices, y conformamos un grupo compacto y divertido, que compartió películas, comidas, noches de charla y mucho más...

Llevo en mi corazón a Sonia, Cynthia, José y Alfonso. Al principio, para mí los festivales eran un lugar para darse un auténtico atracón de cine. Sin perder de vista esto, ahora cada vez más creo que me dan la ocasión de intercambiar experiencias con personas que tienen en común conmigo el amor al cine, en gran medida el amor a la vida.

Aquí les dejo las imágenes del curso y de casi todos los miembros del jurado (falta Alfonso). Debo agradecer todo esto especialmente al equipo de la Muestra de Cine, entusiasta y vencedor en batallas realmente duras, a Arturo, Lidia y Luis, además de a Luis Rafael, de la Cinemateca, y a mi gran amigo Omar, con quien compartí comida china, cigarros y gratas horas de conversación.

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