viernes, 21 de septiembre de 2007

Cronenberg o el juzgador juzgado


Ya rueda el Festival de San Sebastián. Intenté ir pero al final las cosas se torcieron. Por una razón u otra llevo tres o cuatro ediciones sin poder acudir al primer certamen en el que me acredité como periodista, en el 79... (¡Ufff!!!!!). Para compensar el mes próximo estaré en la Muestra de Cine de Santo Domingo, en República Dominicana, formando parte del jurado. A ver como se presenta la cosa...

En cuanto a Donosti, parece que la fiesta comenzó bien gracias al acierto de programar una película presentada previamente por Toronto. La cosa no es nueva, ya lo saben. Ha pasado así prácticamente desde que existe el certamen canadiense. Aunque San Sebastián es "clase A" y como tal debería proyectar películas no estrenadas fuera de su país de origen, se escudan en que Toronto no es un festival competitivo y por eso no cuenta. También es cierto que "Eastern promises", de David Cronenberg, es coproducción anglo-canadiense, pero más de la mitad del apartado competitivo donostiarra se estrenó en Toronto.

A veces lo hace también Berlín con Sundance, por el mismo motivo... pero es algo muy puntual, mientras que en el caso de SS según los años, la cosecha "torontera" oscila entre un 60 y un 80% de títulos. Recuerdo el año de "Obaba", donde ésta y otra cinta española más de Sección Oficial donostiarra se estrenaron mundialmente en el certamen Canadiense. Por aquel entoncés titulé una información que el festival donostiarra era la "Sucursal europea de Toronto".

Quisiera saber qué pasa por la cabeza de un tipo como Cronenberg, cabeza bien amueblada pero llena de peligrosos recovecos, morbos y perversiones, cuando su "Eastern Promises" ha tenido premio en Toronto y ahora éxito de crítica y público en San Sebastián, y no deja de ser un film de encargo. Y es que desde que ya no es él quien se escribe los guiones, sino que rueda los de otros, al menos en taquilla al canadiense le va mucho mejor. No se puede brillar en todo.

Cronenberg, por cierto, fue responsable hace pocos años de que Pedro Almodóvar no obtuviera una merecida Palma de Oro en Cannes por "Todo sobre mi madre", como presidente de ese jurado, y según diversos testimonios se opuso radicalmente a que lograra el galardón. Por suerte para el canadiense, Almodóvar no preside el jurado de San Sebastián 2007, sino Paul Auster. Dicho sea de paso, hay que felicitar calurosamente al certamen vasco por ese jurado, integrado por un plantel brillante de profesionales y sin "rellenos" de última hora. Uno sin duda de los de mayor nivel de los últimos años: la musa y esposa de Benigni Nicoleta Braschi, Eduardo Noriega, Pernilla August, Bahman Ghobadi...

"Eastern promises" puede tener premio, y esperemos que Paul Auster atine mejor que Cronenberg. Aclaro que yo no soy devoto "fan fatal" de Almodóvar. Me gustan algunas de sus películas, detesto otras ("La flor de mi secreto", "La mala educación"...) y las restantes me resultan indiferentes ("Volver" sin ir más lejos"...). Sin embargo, ese año estaba en Cannes, me chupé la sección oficial y sin duda, no sólo yo, sino para la gran mayoría de los colegas, atribuían a Pedro la Palma... Pero David Cronenberg hizo valer su voto de calidad al jurado y se quedó con un premio de consolación, pero no el ansiado trofeo.

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