lunes, 9 de julio de 2007

De ratas, ratones y rateros


Sólo tiene en principio ocho meses por delante antes de las siguientes elecciones y al lío heredado de la Ley de Cine se le añade el pésimo dato del primer semestre para el cine español: poco más del 7 por ciento de cuota de pantalla. Al pobre César Antonio Molina le ha dejado Carmen Calvo un par de regalitos envenenados sobre la caoba del despacho. El flamante ministro de Cultura ve cómo le crecen los enanos, pero por desgracia no los pequeños roedores. "Pérez, el ratoncito de los sueños", único film nacional en acercarse al medio millón de espectadores, fue el más visto de enero a final de junio, y eso que había empezado a rendir en noviembre del año anterior.

Son unas cifras y un balance para reflexionar... y echarse a llorar. Este año no hay Almodóvar, no hay "Alatristes" con protagonista guiri y millones para promoción... ni siquiera hay un Fernando León de Aranoa... En resumen: se acabó el público. No he podido dejar de recordar esa reciente encuesta en la que los espectadores calificaban mayoritariamente al cine español de malo o mediocre. Mucha gente lo piensa así, y prefieren ir a ver cualquier cosa menos una película nacional.

Echemos una mirada a las que se han salvado de la quema. "Pérez..." es un film infantil, animado. Se estrenó en Navidad y no muchos se fijaron si era español o no. Podía venir de cualquier parte. De hecho se trata de una coproducción con Argentina. "El ekipo Ja" es una cutrez que se ha beneficiado de la popularidad de sus personajes salidos directamente de la tele. "La caja Kovak", un habil "thriller" de Daniel Monzón, tiene "look" internacional y protagonista yanqui. Casi tanto -lo primero- como "El laberinto del fauno", muestra del talento mexicano de Guillermo del Toro.

Está claro que el cine español llega a las salas en inferioridad de condiciones, con menos dinero para promoción, pero -ya lo decía el otro día Azucena Hernández- no vendría mal hacer un poquito de autocrítica. Puede volver a plantearse si es realista hacer 120 películas al año para que la gran mayoría sea vista apenas por unos miles de personas, si es justo subvencionar títulos que acabarán criando polvo en un videoclub (suponiendo que quede alguno ya), y si no habría que producir menos y dedicar más dinero a que menos títulos lleguen a las salas mejor arropados y puedan generar más ingresos.

Habrá quien considere que lo bueno es que se hagan no 120 o 130, sino 300... para que la gente tenga curro. ¿Pero eso quién lo sostiene? ¿No está el Estado a la postre pagando películas que en el mejor de los casos son programadas a las 2 de la mañana en una cadena de televisión..?

Y, al final, queda la maldita pregunta clave: ¿Falta talento? Porque una buena película tiene mucho más fácil encontrar público, sea del país que sea. Ahí tenemos "La vida de los otros" como ejemplo claro y como indicio de un cine, el alemán, que en calidad ahora mismo nos da bastantes vueltas. Ojo a "Cuatro minutos" o a "La suerte de Emma", otras dos cintas alemanas que están por caer enseguida. Vean, comparen, y... échense de nuevo a llorar.



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