domingo, 1 de julio de 2007

La provocación de AVG


Andrés Vicente Gómez es uno de los más importantes productores españoles. También uno de los más polémicos. A lo largo de los años ha podido sobrevivir y hacer películas de todo tipo: alguna buena, bastantes mediocres y no pocas malas. Con frecuencia para poder producirlas se ha aliado con Dios, el Diablo, el PSOE y el PP. Más de una vez se ha llevado subvenciones a pesar de su manifiesta ilegalidad y ha tenido que cerrar su chiringuito y cambiarle de nombre para esquivar a los acreedores. Es un tipo listo y así ha llegado a presidente de los productores internacionales de la FIAPF. Pero... a veces habla más de la cuenta.

Es lógico que defienda a los suyos, pero no me parece de recibo que para ello tenga que provocar a los exhibidores. Al fin y al cabo los dueños de los cines han sacado de la teta del estado bastante menos que los productores, y de subvenciones AVG se las sabe todas.

Este Marlowe latino defiende por encima de todo el cine iberoamericano, el de nuestra cultura, pero eso no evita que entienda el punto de vista de los exhibidores, obligados a programar películas europeas (entre ellas las españolas) que les dan menos dinero que algunas norteamericanas. Que entienda y respete, aunque ello no implique estar de acuerdo al 100%.

El cine se basa en tres negocios distintos: los que hacen las pelis, los que las distribuyen y los que las ponen ante el público en sus salas. Que hay que defender el cine nacional es algo con lo que todos debemos estar de acuerdo, pero quizás habría que empezar a reconsiderar si subvencionar por encima de todo a los productores es lo más acertado. ¿De qué sirve hacer 130 títulos al año si hay demasiados que ni se estrenan o lo hacen en condiciones pésimas? ¿No sería mejor repartir el dinero entre todos los sectores? ¿No habría que colaborar economicamente en la promoción de las películas, en compensar a los exhibidores para que las mantengan en cartel?

Claro, ello significaría que menos productores vivirían del erario público... y entiendo que algunos crean que la panacea es hacer más películas cada año aunque no se vean. Cada cual mira por lo suyo. AVG simplemente debería dejar tranquilos a los dueños de los cines. Si pretende aconsejarles que cierren la mitad de los cines para entonces ser rentables, alguien podría sugerir enseguida hacer la cuarta parte de las películas españolas, gastar más en su producción y sobre todo en su promoción, y entonces conseguir más espectadores con menos títulos... Pero eso sería casi tan demagógico e injusto como lo que propone AVG. Sobre todo porque al final los que sufrirían son los verdaderos creadores que tienen una historia que contar.

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