viernes, 13 de julio de 2007

Exageraciones mexicanas



No puedo decir que conozco mucho México, aunque haya estado varias veces en ese fascinante país, sobre todo en el DF y en Guadalajara, por el festival, en el que estuve colaborando unos años, pero también en playas del Pacífico como Mazatlán y Puerto Vallarta. Pero sí afirmaría que es cierto que se trata de un país donde no existen las medianías. Todo es fuerte. Subido de color, de pasión, lo mejor y lo peor. Quien no ha tenido una novia mexicana se pierde emociones de elevada potencia, de bolero desgarrado, ácidas como el limón y ardientes como el tequila.

El caso es que a diferencia de otros mediocres que existimos por el mundo, los mexicanos no se andan por las ramas. Lo suyo no es nadar y guardar la ropa. Se lanzan al ruedo. Así es más facil triunfar pero también existe el riesgo de estrellarse. "El Negro", o sea Alejandro González Iñárritu, por ejemplo, se ha sentido a gusto en la isla de Ischia, esa donde el estirado millonario Wendell Armbruster, Jr. (Jack Lemmon) sucumbió delante de la libidinosa mirada de Billy Wilder a los encantos de la señorita Piggott (Juliet Mills), como años atrás ocurrió entre su padre y la madre de ella. Qué inolvidable "Avanti !", en España titulada "¿Qué ocurrió entre tu padre y mi madre?"... Aparte de ser una de las cumbres del talento de Wilder, ese gran "entomólogo" de la especie humana, a mi me trae recuerdos muy especiales. Cuando la estrenaron en mi San Sebastián natal yo aún no había cumplido los 18, y esa película era para mayores, a pesar de los tijeretazos que le había ya dado la censura del anciano Caudillo. Así que intenté ir a verla con mis papás, a ver si la autoridad paterna respaldaba, pero el tipo de la puerta del Bellas Artes dijo que nada de nada, que por mucho que mis reverendos progenitores secundaran mi cinefilia, yo era aún menor. Así que tuvieron ellos que entrar solos en la sala y yo regresar a casa lamentándome de ser un adolescente indigno de ver "cine para mayores".

En fin, discúlpenme la divagación ombriguil, el caso es que "El Negro" está o acaba de estar es Ischia, la isla donde se bañaron en bolas Jack y Juliet a principios de los 70, y allí, en un festival, ha dicho que Bush es un fascista y un manipulador. He visto un titular de un diario mexicano criticando a González Iñárritu por haberse pasado varios pueblos. Y digo yo... ¿qué ha dicho que no supieramos ya? Un señor que miente para sojuzgar un país y arrebatarle su petroleo, que masacra a la población civil, que genera una situación incontrolable de terrorismo y guerra civil, que respalda a autoridades que practican la pena de muerte y la inmortalizan con sus móviles, que espía a su propia población y a la de todo hijo de vecino que quiere visitar su "paraíso", que posee en terreno enemigo una prisión en donde cualquier principio democrático es ignorado, un limbo legal en el que encierran a unos musulmanes a veces secuestrados impunemente y torturados en centros secretos de lacayos países ex socialistas, que se salta la voluntad de su Congreso vetando la salida de sus tropas de Irak... En fín, ¿hay algún otro calificativo que pueda definir mejor a alguien como Bush que no sea el de fascista? No me vale que haya sido elegido y refrendado democraticamente, porque Hitler también lo fue y nadie dejó de considerarlo así, porque por sus acciones los conocereis, y las de ese cretino (en caso de duda veáse completo el vídeo del documental de Michael Moore del 11-S cuando le comunican lo de las torres gemelas al oído) están de sobra contrastadas. Sí, respetado Iñárritu, a las cosas hay que llamarlas por su nombre, y a los fascistas también.

Es una pena que la lengua certera del "Negro" haya coincidido, por mucho que nada tenga que ver, salvo el origen nacional de los referidos, con el anuncio de que Ninel Conde va a mezclar sus inconmensurables curvas con el escandaloso caso de Ciudad Juárez. La cantante y actriz (!) va a rodar una película llamada "El Bombón asesino" en la que interpretará a una especie de descocada heroína que desenmascara a tetazo limpio a los culpables de esos crímenes impunes. Esto sí es pasarse. Esto sí es mear fuera del tiesto. No hace falta tener algún tipo de relación personal con las víctimas de violaciones y asesinatos para exigir que las dejen tranquilas, que no las usen y si Conde y sobre todo algunos otros detrás de sus curvas quieren hacer lana, que lo hagan de otra forma, dejando a Juárez tranquila. Está claro que todos clamamos por una investigación profunda que desenmascare a los asesinos, pero frivolizar la cosa con una comedia de acción erótica es una vergüenza. Ni dos tetas como las de Ninel valen esta carreta.


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