martes, 3 de julio de 2007

Un chiste mejor que los de Woody Allen


Envidia debió de sentir Woody Allen este lunes, porque esta coña marinera ni a él se le hubiera ocurrido... Salvo que conociera las películas de Berlanga y Azcona.

Me cuesta trabajo pensar que en cualquier otro país civilizado la presentación del rodaje de un cineasta extranjero movilizara a tal cantidad de políticos... Ya fueran nacionales (la ministra de Cultura, Carmen Calvo) o autonómicos (Nada menos que tres consellers de la Generalitat), los altos funcionarios públicos no sólo acudieron a la presentación del rodaje en Barcelona de la nueva película de Woody Allen, sino que quisieron hablar quizás para compensar la ausencia de su estelar reparto...

¿De república bananera?, ¿Afán de protagonismo?, ¿La invitación interesada de unos productores que quieren garantizarse las subvenciones futuras?... Francamente no se qué pensar, pero espero que al menos esta extremada cinefilia de los políticos socialistas y del tripartito le sirva a Allen para crear algún chiste en una futura producción.

En España periodicamente hay equipos y cineastas extranjeros. Se me ocurren a vuelapluma las no tan lejanas visitas laborales de Milos Forman o Ridley Scott, pero no recuerdo que ministros y consejeros acudieran a apuntarse al bombardeo.

No hace tanto hubo otro movida político-cinematográfica, entre Tim Robbins y Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, pero en ese caso se trataba de la presentación de un festival, organizado por una concejalía de ese ayuntamiento, y ambos estaban invitados... Pienso que no es exactamente lo mismo. Tampoco se trata de que un partido tenga una actitud tan diferente del otro. Además, si es por salir en la foto, todos sin excepción se tiran a la piscina.

Volviendo a la rueda de prensa barcelonesa, apuesto a que los altos cargos tendrían actividades mucho más productivas para la ciudadanía que llevar a cabo ese día que ir a soltar flores a Woody Allen. El hecho de que las instituciones que representan hayan colaborado financieramente con el rodaje no justifica su presencia y mucho menos sus discursitos. No quiero pensar qué podría pasar con la política cultural, de innovación y de medio ambiente (¡Si, hasta el conseller de medio ambiente y vivienda se dejó caer por la convocatoria!) si estos señores acudieran a la presentación de cada rodaje en el que ministerio y consejerías ponen pasta. Habría que pagarles un sobresueldo...

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